Sacrificio y humillación

Oh, que amor inmensurable, que clemencia, que bondad!! Grande fue el amor del Padre para con nosotros que no escatimó ni a su propio Hijo para nuestra salvación, pero que grande amor tambien de nuestro amado Señor, el Hijo de esa Deidad Verdadera, al ofrecerse como cordero al matadero por nuestra redención… Dios lo hizo menor que Los Ángeles… Glorias sean dadas al Padre, el Unico Dios Verdadero y a nuestro Señor, su Hijo amado.

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